miércoles, 21 de mayo de 2008

Del libro al blog


“El libro es un objeto imperfectible.” Esta frase hubiese pasado desapercibida en el lugar que fue dicha, la 34º edición de la Feria del Libro. Pero sucedió en el marco de la charla La palabra digital, textos nacidos en internet, blogs, foros, blogonovela y nuevas tendencias literarias, y quien la dijo fue uno de sus panelistas, el periodista Guillermo Piro.

La cita era a las 18.00 en la sala María Esther de Miguel. Sobre la hora se improvisó una fila en la que se destacaban, sin querer, dos grupos, la primera mitad estaba compuesta por jóvenes de entre 20 y 25 años, en la segunda la edad promedio era de 50 años. Había ciertos elementos que ambos grupos poseían por igual: anotadores, grabadores, cuadernos y cámaras fotográficas.

Una vez adentro del recinto, alfombrado, con cuadros de diversos estilos y artistas colgados en las paredes, se podían contar menos de 40 personas que se acomodaron en las 150 sillas disponibles mientras, esperaban, de frente a una tarima que hacia las veces de escenario, que los integrantes del panel hicieran su ingreso.

Una cita del Alefh, de Jorge L. Borges, fue la elección de la coordinadora, la periodista Susana Reinoso, para presentar la charla. Luego, introdujo a los participantes de la mesa: el escritor de blogonovelas Marcelo Gerrieri, los periodistas Guillermo Piro y Leandro Zanoni, y el semiólogo Oscar Steimberg.

Cada uno participó contando su propia experiencia de escribir en los nuevos formatos digitales y las posibilidades que estos brindan: “Surgió por la posibilidad hipertextual, la actualidad de la ficción era compartida con la de los lectores”, contó Guerrieri, cuyo blog era firmado por un personaje de ficción de su novela. “El blog me resulto una forma lúdica de jugar con las noticias, además me brindó un recurso económico”, expresó Zanoni.
Los comentarios eran lo bastante obvios, parece, ya que hicieron que, a poco de iniciada la charla, se levantara y se retirara uno de los asistentes. Casi sin intercambio de ideas pasaron los 50 minutos de exposición que, cada tanto, eran interrumpidos por empleados de mantenimiento y técnica que ingresaban a la sala a buscar cosas. Uno de ellos, incluso, se acodó al costado de la tarima para apreciar más de cerca de qué iba la charla.

“Faltó debate, esperaba algo más,” sentenciaron a coro dos de las asistentes, Rosario López y Dolores Besteiro. Ese comentario también se escuchaba entre muchos de los que salían de la sala.

“Internet es un soporte innecesario para la literatura”, aseveró Guillermo Piro para quien la literatura pertenece al ámbito de ese objeto imposible de mejorar que es el libro.

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